El diseño editorial se encarga de la maquetación y composición de todo tipo de publicaciones como libros, revistas o catálogos. Al margen de la retícula y otros elementos técnicos como el formato o la caja tipográfica, hemos recopilado las tendencias de diseño editorial que más destacan a nivel gráfico.
El diseño editorial no entiende de modas. Cada proyecto editorial realza su particularidad, cada cabecera destila carácter propio, cada catálogo se adapta a su público objetivo. Es más, hay publicaciones como los periódicos convencionales que tienen su propio código. Pero surgen ciertas inclinaciones gráficas que se cuelan casi sin querer en los trabajos editoriales.
Tendencias de diseño editorial en la portada
¿Quién juzga un libro por la portada? Nos atreveríamos a decir que el 99,999% de las personas (a no ser que haya un interés previo por la publicación). La portada refleja el alma de cualquier proyecto editorial. En un catálogo, habla por la marca. En una revista, es capaz de conectar con un público concreto. Y en un libro, sin duda, logra atraer a lectoras y lectores.
Tradicionalmente, la tipografía ha tenido un rol principalmente funcional en el diseño editorial: facilitar la legibilidad. No obstante, cada vez se experimenta más con las tipos. Se retuercen, se retocan para obtener fuentes únicas que abanderen una marca. Cada año se destilan diferentes tendencias tipográficas.
Sea cual sea, una tendencia de diseño editorial muy actual es otorgarle todo el protagonismo a una fuente con mucho carácter con portadas 100% tipográficas, en combinación con algún detalle ilustrado o una imagen de fondo. Pero el protagonismo absoluto se lo lleva la tipografía.
Tendencias de diseño editorial en el lomo
El lomo siempre se ha concebido como una parte de la publicación con la función técnica de unir la portada y contraportada con los pliegos o las páginas, dependiendo del tipo de encuadernación. En el lomo se plasma el nombre de la publicación, la editorial y en el caso de los libros, el nombre del autor o autora.
Esto tiene también un sentido práctico en cuanto a la identificación de un título dada la disposición de los libros en una estantería.
Dado que la mayoría de las novelas de una librería se visualizan de canto, o el afán diferenciador que ha de tener cualquier proyecto, el tratamiento del lomo ha evolucionado a un sentido más visual con una clara tendencia de diseño del lomo que atraiga y diferencie a la publicación, más allá de la practicidad.
Esta tendencia está pegando tan fuerte que la decoración con libros y revistas, e incluso con catálogos premium, se ha convertido en un must del interiorismo.
Tendencias de diseño editorial en el interior
Algunos tipos de publicaciones tienen muy definida la maquetación como es el caso de las novelas o los periódicos, más allá de ciertos títulos tan innovadores como escasos.
No obstante, existen ciertas tendencias de diseño editorial muy comunes en catálogos o revistas nada sospechosos de ser etiquetadas como “independientes”:
Las justificaciones de texto exageradas, desmedidas, ilógicas e irregulares. Esto aporta ritmo a la lectura, ayuda a identificar párrafos, destacados sin necesidad de tirar de negritas, pies de foto y a digerir mejor el mensaje frente al texto corrido. Además, facilita la inserción de diferentes tipografías dentro de un mismo párrafo.
Otra tendencia es la pérdida de miedo a la hoja en blanco jugando con la retícula. Ahora se destila el espacio negativo, mucho espacio en blanco como desahogo que ayuda a centrar la atención del lector en los diferentes elementos de composición. Ya no hay proporción en los márgenes, la mancha tipográfica varía con diferentes campos reticulares: textos que comienzan a media página en combinación con otros que se salen de la hoja.
La maquetación de fotografías huye de límites con imágenes a sangre, fotografías que se pisan entre sí o tipografías que invaden la imagen como si fuera inevitable.
Además, muchas cabeceras juegan con la orientación de las páginas entre vertical y horizontal como forma de romper la monotonía y generar una mayor interacción con la publicación.
Las tendencias de maquetación editorial se dan principalmente en revistas y catálogos con mucha personalidad propia.
Los tipos de publicación de moda
Como en todos los campos, en el sector editorial han surgido nuevos conceptos:
Los fanzines, que en su origen eran proyectos editoriales temáticos maquetados por aficionados, con recursos manuales, han dado paso a publicaciones indies con una finalidad más allá de la propia expresión: la económica y/o promocional.
También han nacido nuevos formatos de las entrañas de las redes sociales. Muchos autores llevan su trabajo de la pantalla al papel con libros de ilustración o recopilaciones de microrrelatos.
Asimismo, el protagonismo virtual anima a muchas personas a imprimir su feed de Instagram como si de un portfolio personal se tratase. Sí, el autobombo es tendencia.
En otra dimensión, está muy en boga recuperar formatos como los cómics o la reedición de títulos clásicos. En el caso de los tebeos, cada vez más autores eligen este formato y se aplican a todo tipo de temáticas. En ambos casos, se está logrando ampliar los lectores de estos títulos.
Innovar crea tendencias
La influencia del mundo digital en el sector con la prensa online o los libros electrónicos ha ocasionado una necesaria evolución del diseño editorial. Las fórmulas de siempre están siendo desbancadas para dar paso a nuevos estilos que conecten mejor con los lectores y las lectoras, y atraigan al público a través de un mayor dinamismo, como si de una pantalla en movimiento se tratase. El contenido es la razón de ser, pero el diseño editorial se está encargando de realzar su valor a través de la forma.
Aquí hemos tratado las tendencias más habituales pero la primera premisa es innovar para obtener el mayor impacto posible con cada proyecto editorial.
Nuevas fórmulas como los cuadernos multicapa, la combinación de acabados, tintas especiales y tipos de papel; o técnicas de encuadernación fuera de contexto como un libro de arquitectura en wire-o, son recursos muy eficaces para aplicar carácter y diferenciación al proyecto editorial y, por consecuencia, a obtener un mejor rendimiento y mayor difusión.
