Está demostrado que, a través del tacto, interpretamos la calidad de un tejido o de una fruta, por ejemplo. Si aplicamos el neurodiseño a las comunicaciones de marca, la sensación al tocar un papel verjurado se asociará directamente a la percepción de calidad superior de la marca y su producto. La textura influye en la toma de decisión de compra, así como en la percepción que se construye el consumidor.