Protege, realza y aporta rigidez a los diseños
Tanto el plastificado como el encapsulado protegen los trabajos impresos de líquidos, grasas, arañazos o desgarros con una fina capa de poliéster trasparente. En función de la rigidez que se busque, es posible aplicar varios grosores de protección.
El encapsulado es ideal para proteger documentos a doble cara que necesiten tener cuerpo y rigidez, así como para proporcionar gran duración a los trabajos de cartelería, tarjetones, cartas de restaurante, fichas técnicas, carnés, etc.
El plastificado fundamentalmente, realza y protege el acabado de los documentos impresos. Es posible elegir entre plastificado mate o brillo. Se suele emplear prácticamente en todo tipo de trabajo impreso: displays, tarjetas de visita, carpetas, dípticos, trípticos, adhesivos, tapas de libros, etc.
El plastificado se puede realizar a partir de un gramaje mínimo del papel impreso, por ejemplo, 170g para estucados. Es posible plastificar por una o dos caras.
Tanto el plastificado como el encapsulado se aplican en soportes lisos después de impresos y antes de efectuar cualquier otro tipo de trabajo sobre el material tales como el troquel, el barnizado selectivo 2D o 3D, etc. En algunos casos, es posible encapsular, como terminación del trabajo.
Es importante tener en cuenta que los papeles creativos no admiten plastificado, en primer lugar, para conservar la textura y en segundo lugar porque dejaría burbujas de aire al no tratarse de un material liso.
El plastificado se suele realizar en caliente a una temperatura de 90º por lo que es posible aplicarlo a distintos tipos de soportes de impresión para conseguir un mejor acabado. Ambas técnicas se recomiendan para cartas de restaurante.